martes, 20 de diciembre de 2011

Hablando de todo....

"Ayer protagonicé una acalorada discusión con el profesor de mi hija María. Ésta versaba sobre algo relativo a su educación cuyos pormenores no vienen a cuento.
Llegué a casa de un portazo, acalorada y dándome la razón entre murmullos. Cuando la satisfacción y la rabia estaban en el mejor momento de su relación, me llamaron del colegio. La señora al otro lado de la línea me dijo, sin rodeos ni florituras, que María llevaba media hora esperando. Sí, olvidé recogerla.
Mientras conducía, algo avergonzada por la situación dramática que se crea ante tal olvido, un pensamiento allanó mi malestar y me condujo de nuevo a ese hombre necio. ¡Había olvidado a mi hija por su culpa!
En el viaje de vuelta a casa, tras los cinco minutos de riguroso silencio exigidos, una pregunta nos sacó a ambas de éste: ¿Mamá, que hay para comer?.
La literalidad de la pregunta hizo que me diera de bruces con una abrumadora realidad; yo era su madre, era mi responsabilidad. Por la tarde iría a hablar con ese necio profesor (no dejaba de ser tal por mi buen hacer). Llegaríamos a un acuerdo.
Al fin y al cabo era la educación de mi hija lo que estaba en juego, mis juiciosos nervios deberán esperar a que la discusión trate sólo de mí".

Voté a UPyD y aún estoy de acuerdo con esa chica de hace un mes. Pero a veces dudo, es humano. La duda no surge en base a la posibilidad de otras alternativas ¿Cuáles eran? Sin embargo, me percato sin asombro de que aún nadie habla por mí.
Por supuesto quiero un cambio en la Ley Electoral, mi voto fue uno de los 650.000 que cayeron en saco roto. Por supuesto que me cabrea la corrupción, y lejos del enfado, me asusta que se minimice su importancia. Pero con mi voto, abogaba por una defensa real, por el acercamiento a una sociedad calva; para que al fin, los ciudadanos salgan de este circo tan cruelmente mediatizado.
La situación es urgente, y ya sabemos lo que se espera de este tipo de situaciones... Los cambios llegan con acuerdos, con el diálogo; no con negativas horneadas en enfrentamientos efímeros.
Pedía soluciones, no posiciones encontradas que sigan defendiendo intereses partidistas, aunque algunos de éstos coincidan con los de los ciudadanos.
Sigo confiando en que llegado el momento os sentaréis, justo enfrente; tenderéis la mano, y expondréis nuestras necesidades y nuestros intereses. A ellos, si acaso,  una breve petición: "Escuchad".
Aún no habláis por mí, si yo estuviera ahí diría: "Por favor, acordemos de una vez"

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