sábado, 31 de diciembre de 2011

Nuevo año ¿Nuevos proyectos? Hace tiempo que éstos se tiñen sólo de carácter personal. Hablamos ahora de nuevas oportunidades, y concretando más en la alarmante situación; "Nuevas e ingenuas ilusiones".

Feliz Año Nuevo. Os deseo "Buenas esperanzas"

The Boxer

viernes, 30 de diciembre de 2011

"Mi madre"

Hoy cenábamos mi  madre y yo, patatas fritas y un huevo; mira, que nos ha dado por cuidarnos.
Salió el tema de los políticos, abstractos e inanimados seres. Creo que la televisión estaba encendida y alguien chillaba interrumpiendo nuestros pensamientos, sumidos quizás en las patatas y sus consecuencias.
De repente, mi madre dijo: "Por qué se meterán en estos jaleos, nunca se me ocurriría". Ella es así, dudando entre la espontaneidad y la ingenuidad que sus 50 años, generosos,  aún le permiten mantener.

No sé si era una pregunta retórica, seguramente, le gusta hablar con ellos; siempre discuten. Pensé entonces que mejor no saberlo, así podría seguir hablando con ellos. ¡Pero es que no son como  nosotros!. ¿Por qué intentamos entenderlos? Ahí es donde fallamos, y nos empeñamos sin descanso, nos enfadamos y volvemos de nuevo a la carga.
Me pregunto como sería su infancia. Me la imagino cargada de competiciones por el liderazgo de la pandilla de turno (con alguna "trampilla" que son niños), o quizás ligada a un aislamiento voluntario por falta de compatibilidad. Es inútil intentarlo, su comportamiento escapa a mi razón, y acaba agotándome; ya sólo lo intento cuando estudiar me conduce al retiro.
A veces guardo esperanzas con alguno de ellos, pero tienen lugar circunstancias que me siguen desconcertando.......
Ellos hablan pero en otro idioma, algo chirriante por cierto; escuchan, pero únicamente en el metro cuadrado que los rodea, y no te acerques, tienen guardaespaldas; discuten, pero no sobre los demás, ¡siguen hablando de ellos!
Llamémoslo ambición, llamémoslo delirio. No son como nosotros.

domingo, 25 de diciembre de 2011

¿Alguna vez te has preguntado si había un plan especial para ti? Yo sí.
He caminado entre ellos, observándolos; y creyendo que por alguna razón que desconocía, era diferente. Ésta, no podría ser revelada o todo se estropearía.
Así, como en uno de los mayores dramas cinematográficos, era observada; y cada insignificante paso era parte de un plan brillante.
Sin embargo, llegó el momento en que estos pensamientos eran cada vez más y más fugaces; hasta que pasaron a durar segundos. Tras ellos, al mirar alrededor sólo se me ocurría que probablemente todos pensábamos lo mismo. Y es que quizás sólo se trate de una terrible confusión. Resulta que igual no soy,  o no somos capaces de soportar la idea de la responsabilidad absoluta de nuestras vidas. Somos los directivos y creadores de nuestros fallos y aciertos, decisiones y sentimientos. ¿Aterrador?
No lo sé; puede que simplemente asumir nuestra temporalidad, sea pedir demasiado.

martes, 20 de diciembre de 2011

Hablando de todo....

"Ayer protagonicé una acalorada discusión con el profesor de mi hija María. Ésta versaba sobre algo relativo a su educación cuyos pormenores no vienen a cuento.
Llegué a casa de un portazo, acalorada y dándome la razón entre murmullos. Cuando la satisfacción y la rabia estaban en el mejor momento de su relación, me llamaron del colegio. La señora al otro lado de la línea me dijo, sin rodeos ni florituras, que María llevaba media hora esperando. Sí, olvidé recogerla.
Mientras conducía, algo avergonzada por la situación dramática que se crea ante tal olvido, un pensamiento allanó mi malestar y me condujo de nuevo a ese hombre necio. ¡Había olvidado a mi hija por su culpa!
En el viaje de vuelta a casa, tras los cinco minutos de riguroso silencio exigidos, una pregunta nos sacó a ambas de éste: ¿Mamá, que hay para comer?.
La literalidad de la pregunta hizo que me diera de bruces con una abrumadora realidad; yo era su madre, era mi responsabilidad. Por la tarde iría a hablar con ese necio profesor (no dejaba de ser tal por mi buen hacer). Llegaríamos a un acuerdo.
Al fin y al cabo era la educación de mi hija lo que estaba en juego, mis juiciosos nervios deberán esperar a que la discusión trate sólo de mí".

Voté a UPyD y aún estoy de acuerdo con esa chica de hace un mes. Pero a veces dudo, es humano. La duda no surge en base a la posibilidad de otras alternativas ¿Cuáles eran? Sin embargo, me percato sin asombro de que aún nadie habla por mí.
Por supuesto quiero un cambio en la Ley Electoral, mi voto fue uno de los 650.000 que cayeron en saco roto. Por supuesto que me cabrea la corrupción, y lejos del enfado, me asusta que se minimice su importancia. Pero con mi voto, abogaba por una defensa real, por el acercamiento a una sociedad calva; para que al fin, los ciudadanos salgan de este circo tan cruelmente mediatizado.
La situación es urgente, y ya sabemos lo que se espera de este tipo de situaciones... Los cambios llegan con acuerdos, con el diálogo; no con negativas horneadas en enfrentamientos efímeros.
Pedía soluciones, no posiciones encontradas que sigan defendiendo intereses partidistas, aunque algunos de éstos coincidan con los de los ciudadanos.
Sigo confiando en que llegado el momento os sentaréis, justo enfrente; tenderéis la mano, y expondréis nuestras necesidades y nuestros intereses. A ellos, si acaso,  una breve petición: "Escuchad".
Aún no habláis por mí, si yo estuviera ahí diría: "Por favor, acordemos de una vez"